Cuando todo avanza tan rápido, necesitamos elementos en nuestra vida que, aunque se hayan actualizado, sigan fieles a las tradiciones. Sin retoque excesivo, a la vieja usanza. Ante un estilo de vida en el que el tiempo es oro, se necesitan espacios fuera de casa donde se encuentre esa tranquilidad, alguien que ofrezca un lugar donde oler y tocar aquello que nos proporcionaba confort, refugio y seguridad cuando éramos niños.
Aquí entra en juego la cadena madrileña de “tiendas del pan” [H]arina. Con locales en Plaza de la Independencia y Chueca, cuenta además con un rincón en los espacios Gourmet de El Corte Inglés de Callao, Goya y Velázquez. Esta cadena, cuyo objetivo es respetar la tradición del buen hacer, es un punto de reunión de aquellos que creen en el pan de siempre, la confitería casera, natural y de calidad. Sin embargo, no olvidan que el mundo ha cambiado, sino que creen que los productos tradicionales y artesanos tienen una nueva identidad que se crea a base de actualización e investigación. En sus cafeterías el blanco es el principal protagonista, un color que, junto a la madera y el olor del pan recién hecho transmite paz por los cinco sentidos. Algo básico como la harina se convierte en el centro de los espacios y de los productos. Las texturas naturales ayudan a imaginar a quien amasaba el pan, la sensación de mancharse las manos al coger una pieza de pan fresca de la bolsa de tela, el gesto de esparcir la harina para preparar el pan o los dulces. Son asociaciones a otros momentos que nos relajan, de los que guardamos buen recuerdo y a los que recurrimos para sentirnos mejor.
En el universo Updater las tradiciones son un patrimonio importante y por ello es consciente de que no pueden vivir si no se revisan en su esencia y en su forma de llegar al público. Por ello valora el esfuerzo de marcas que recuperan y actualizan, para ofrecer sabores de siempre con toques de actualidad y en espacios acordes con los estilos de vida contemporáneos, tan distintos de aquellos de antaño.