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Imperfección

La conciencia de que la imperfección es un rasgo de nuestra humanidad, nos mueve a reivindicar la diferencia en lo raro, debilidades o defectos que en su extremo polar revelan un superpoder, el de la propia singularidad.

Imperfección

La conciencia de que la imperfección es un rasgo de nuestra humanidad, nos mueve a reivindicar la diferencia en lo raro, debilidades o defectos que en su extremo polar revelan un superpoder, el de la propia singularidad. Quizá el mejor ejemplo de ello sean los X-men, donde se le rinde tributo a la diferencia, que guía los cánones de belleza contemporáneos. La oda a la imperfección se revela contra la dictadura del photoshop y la perfección de lo virtual. Se manifiesta a través del incremento en la diversidad de género: lo transgénero, lo agénero, la lithsexualidad (persona que expresa atracción sexual pero cuyos sentimientos desaparecen si es correspondido), demisexualidad (gente que solo muestra atracción sexual por personas con las que ya tiene un vínculo afectivo), etc. Se refleja en la normalización y en cierto modo mitificación de cuestiones como el autismo, lo asperger, los trastornos obsesivos compulsivos. Es la globalización y ampliación del concepto japonés del wabi-sabi: la belleza de las cosas imperfectas, mudables e incompletas. Es la belleza de las cosas modestas y humildes. Es la belleza de las cosas no convencionales. Leonard Koren. Así la conexión con la transparencia y la naturalidad forman parte de este concepto, de los argumentos tanto de filosofía de vida, como estéticos e incluso morales que manejan e impregnan ámbitos de atracción e identificación con personajes públicos, instituciones, empresas y movimientos socio-culturales que se abren a lo distinto con normalidad.

Para las marcas obliga a mostrar su lado humano. Se trata de asumir los errores y poder admitirlos públicamente con naturalidad y buena disposición. Contribuir a una expresión espontánea, imperfecta y por eso también bella.