Es el universo simplificador, en búsqueda de la libertad, la felicidad y la paz mediante la simplificación de su estilo de vida.
Tiene su origen en la mentalidad introducida por el millennial y sus propias circunstancias, que llevan a un comportamiento de búsqueda de lo simple y fácil y a la posesión de menos objetos. Derivado del sentimiento post-crisis financiera mundial y la toma de conciencia sobre sus efectos, unido a la preocupación medioambiental y a los altos niveles de endeudamiento personal, entre otros, el universo Keep it Simple desarrolla un estilo de vida depurado y basado en lo esencial, haciendo un esfuerzo enorme por descargarse de todo lo inútil o innecesario. Compran menos y mejor y para ellos cada objeto tiene un gran valor simbólico, pues han hecho un esfuerzo para elegir con qué quieren vivir y por tanto es importante para ellos. Están motivados por llevar un estilo de vida socialmente responsable y sostenible.
En la alimentación optan por buenos productos básicos, prácticos y de alta calidad, en muchas ocasiones ecológicos. Para ellos es importante el packaging, de modo que sea fácil de entender en el punto de venta, práctico para almacenar y bueno para conservar el alimento. Productos sencillos que les hagan felices, que no añadan dificultad ni estrés a la hora de prepararlos, y que sean versátiles o puedan ser utilizados en mientras más recetas mejor. Gustan del consumo de alimentos en casa como vía de ahorro, de disfrute del hogar y de independencia económica.
En el hábitat, en su mayor extremo son los fans de las microcasas, de las viviendas modulares e incluso portátiles. De ahí que estemos presenciando y se siga desarrollando un importante mercado de micro hogares modulares, móviles disponibles para comprar o alquilar, para una vida ligera y flexible en cuanto a la ubicación y la posesión. La estética preferida por los Keep it simple es moderna y sencilla, la tecnología lo hace posible pues es multifunción y cada vez más invisible. Huyen de la cantidad y por eso buscarán objetos para el hogar que les hagan felices y les resulten especiales. Comprarán poco y bueno. El diseño como herramienta para el confort, la función y la belleza será un elemento de decisión importante. Se dice en el movimiento de los nuevos minimalistas que la casa puede ser como un haiku (poema japonés de 5, 7 y 5 sílabas), cada habitación un verso, los muebles son palabras y las personas los arquitectos-poetas de su propia vida.
En la moda son proclives al estilo uniforme. Eligen prendas que faciliten la decisión, que puedan ser adecuadas para múltiples situaciones y que simplifiquen su armario. Buscan aquello con lo que se sienten muy identificados y cómodos para después ser fieles a la marca, al diseño y al estilo durante un tiempo. Valorarán las prendas fabricadas con tejidos funcionales que mejoren el movimiento, que hagan a la prenda más ligera o más eficiente para el calor o el frío. En un mundo en el que estamos absolutamente inundados y bombardeados con información, valoran lo simple y lo efectivo sobre lo llamativo y el glamour.
En el ocio el motor es el descanso, el respiro. Ven el tiempo de ocio no como un lujo sino como una necesidad. Disfrutan de actividades sencillas como ver los atardeceres, el cielo de la noche o la luna llena; los baños de bosque y los paseos por la naturaleza. Tratan de compensar la cultura de la velocidad, el no parar y la aceleración. Uno de los motivos para identificarse con este universo es la recuperación del tiempo de ocio, de ahí que se pueda conectar con ellos pensando opciones sencillas que permitan disfrutar de la tranquilidad y la conexión con uno mismo. En los viajes prefieren pasar tiempo en un sitio, huyen de la carrera por verlo todo, va con ellos el descanso, los talleres de actividades creativas, la observación (estrellas, paisajes, aves …), actividades de autoconocimiento etc.
En cuanto a retail, huyen de los formatos de descuento o los modelos que ofrecen demasiadas opciones. La sencillez también se busca en el momento de la compra, lugares que vendan productos de calidad, duraderos, bien diseñados y sin añadidos innecesarios. Las tiendas japonesas Muji o Uniqlo son un buen ejemplo de ello.
En la comunicación priman los mensajes visuales directos y simples, la claridad y la limpieza, las paletas de color limitadas que no cargen mentalmente, la tipografía directa y los espacios en blanco. El mejor espacio de comunicación para dirigirse a este universo es la propia tienda como soporte, también las revistas especializadas de diseño y estilo de vida. Los mensajes han de incidir en cómo la cultura de la marca trabaja para facilitar la felicidad, el orden, la optimización, la paz, la función, etc. basándose en lo esencial y volviendo a lo básico.