Se trata de un universo que evoca el pasado, presenta un interés renovado por las tradiciones propias y ajenas. Buscan modelos de vida, estéticos y de consumo con la etiqueta de tradicional.
Les mueve la autenticidad y la nostalgia. Actúan con la intención de recuperar elementos de identidad en el territorio, contemporaneizar la tradición, volver a lo local y acceder a lo verdaderamente exclusivo que es aquello en lo que han intervenido las manos y la herencia de las personas para producirlo. Su consumo es evocador y disfruta reviviendo en muchas ocasiones experiencias ligadas a su infancia. Se trata de una reacción en cierto modo contraria a la idea de globalización del consumo, y por tanto una revalorización en ocasiones de lo artesanal frente a lo industrial, de lo identitario frente a lo estandarizado.
En la alimentación priman los sabores de siempre sofisticados de algún modo. Se identifican las siguientes claves alrededor de su consumo: revalorización de ingredientes básicos, llevar lo humilde al terreno del lujo, búsqueda de productos que evidencien la artesanía, la importancia del proceso productivo, y que sean auténticos y sin artificio. De aquí el auge en los últimos años en la variedad de productos básicos como las sales, los cereales, cervezas, aceites, vinagres, mieles etc.
Su hábitat es cálido, han revalorizado los materiales nobles y naturales y disfrutan de aquello en lo que se pueden apreciar las manos de quien lo ha hecho y los procesos de producción artesanales o semi-artesanales. Son amantes de las piezas clásicas, las reediciones, la ornamentación de objetos funcionales si incluyen artesanía o ciertos materiales, así como las artesanías o los objetos con inspiración en otros lugares. Se trata para ellos de articular un entorno en el que se muestre la originalidad de su forma de habitar evocando la cultura tradicional (que no por ello antigua). El valor simbólico de los objetos es importante no quedándose en la versión más literal de la artesanía sino reinventándola a modo de neoartesanía en algunos casos y en otros simplemente revisando las líneas de diseño y los materiales de objetos de diseño icónicos antiguos. Están dispuestos a invertir en hábitat por el confort que les aporta saber que lo que les rodea tiene alma y cuenta una historia.
En moda podemos recorrer una infinidad de registros con los que pueden sentirse identificados, que de cualquier modo van a reflejar aquello que comentábamos de la revisión de la tradición preservando la autenticidad, el interés por el proceso, el valor a los materiales nobles y la fusión de herencia y tradición contemporánea. Líneas creativas que juegan con lo clásico (desde lo español, lo italiano, lo mediterráneo, a lo romano o lo griego) de diseñadores como Dolce&Gabbana demuestran este interés por la tradición y la artesanía.
El tiempo de ocio del Updater tiene que ver en muchas ocasiones con convertirse en absoluto conocedor de lo que consume, aprender cómo se producen las cosas, y estar en contacto con el origen. El Updater no es el tipo de persona que busca una cadena de hoteles para alojarse, es el que necesita encontrar un sitio en el que se sienta parte de ese lugar. La participación en fiestas o festivales populares, las visitas a fábricas de té, bodegas, almazaras, talleres de artesanos, etc. son ejemplos de las actividades que disfrutan cuando viajan. En el ocio en el hogar es común que la temática sea gastronómica, y que gire alrededor de productos especiales para cuya degustación inviten a amigos y la excusa sea disfrutar de ello para reunirse.
En retail, además de los lugares comunes de compra, son proclives a comprar en tiendas especializadas, al menos cierto tipo de productos, donde valorarán la relación de confianza con el personal y la capacidad de este para enseñarle y explicarle el producto. También son amantes de los mercados tanto antiguos como nuevos. El éxito de la renovación de ciertos mercados yace en el gusto de este tipo de consumidores por entrar en contacto con el “puesto”. También se enmarca aquí todo el movimiento foodie.
En comunicación se identifican una serie de claves a tener en cuenta para conectar con ellos y hacerla creíble y atractiva. En primer lugar escoger imágenes y/o mensajes que pongan en valor la esencia del producto o servicio. Por ejemplo, si se trata de un producto agroalimentario sus ingredientes, si es de hábitat o moda sus materiales, las personas que lo han hecho etc. Dado que están dispuestos a invertir en producto, la perdurabilidad, y la atemporalidad tanto en el diseño como en los materiales tendrá un gran valor para ellos. Son unos de los mejores segmentos para argumentar “inversión” en la compra. Es muy importante al dirigirse a ellos aportar información, en cierto modo didáctica, sobre el producto que permita aprender cuáles son los matices y convertirse en un especialista sobre ello. Transmitir la tradición y la experiencia en la elaboración. Trabajar con mensajes que despierten nostalgia y añoranza.