A través del vidrio

A través del vidrio

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Y se puso de moda comer en tarro de cristal. En su día fueron los tuppers y después las cajas de almuerzo similares a las bento-box japonesas. Se desarrollaron envoltorios y bolsas térmicas para asegurar que la temperatura de nuestra comida se mantuviese. Pero ahora nos hemos pasado al vidrio. Una opción más sana, que permite conservar mejor los alimentos que el plástico y además mucho más visual. Uno de las iniciadoras de esta tendencia fue la empresa Mason Jar, que comenzó a empaquetar sus ensaladas en tarros de cristal.

 

Esta tendencia que hemos visto también en las bebidas se remite a la estética de reutilización, de lo casero, y de lo casual. Al igual que esta propuesta de la empresa canadiense La Vittoria, que junto con diferentes chefs y en colaboración con dos organizaciones que promueven la autonomía en alimentación de la región de Québec han desarrollado una serie de recetas sanas y caseras listas para degustar. El cuidado diseño del packaging te traslada a la despensa, es honesto y transparente. Aún más por transparentar el nombre del cocinero. Es sólido y transmite confianza. Es inteligente y versátil, pues permite desarrollar una gama de producto compartiendo el mismo envase cambiando solamente el soporte de presentación colocado en el cuello del tarro que funciona como etiqueta. Ya sea como estrategia de comunicación para concienciar sobre la alimentación de cercanía y el kilómetro cero, o para responder a una demanda creciente de producto sano, casero y fresco, las referencias a la alacena han encontrado una corriente en el mercado a la que le queda recorrido.

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La tradición se reinventa y eso es chic. Se rescata un material antiguo como el vidrio y se disfruta comiendo en él. Las etiquetas de la conserva se sofistican y el diseño del packaging juega con el contenido del envase.


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