La tradición a veces se encuentra en una forma de hacer, más que en producir algo típico en una región típico. Un ejemplo de ello es la familia Badenhorst, que ha aprovechado el soleado clima de Sudáfrica para, durante cuatro generaciones, producir alimentos gourmet y vinos. En concreto sus aceitunas se cultivan en explotaciones propias en el Gran Karoo, cerca de Ciudad del Cabo, donde la marca Prince Albert es muy conocida no solo por ello sino por sus higos, granadas, uvas y otras frutas de alta calidad.
El estudio Jack Russell Design ha desarrollado la imagen de marca y el packaging para la línea de aceitunas de mesa y de aceite de oliva de la empresa. La ilustración clásica realizada por Doug Powell, ilustrador ubicado en Durbanville, usa elementos vegetales con un toque histórico y una cenefa para enmarcar la información principal sobre el producto. La ilustración naturalista de las aceitunas y las hojas de olivo, combinada con el molino de viento y un conjunto de tipografías que se equilibran entre sí para no saturar de clasicismo el packaging, conforman un conjunto con mucha presencia en el lineal. A ello ayuda igualmente la elección de un color amarillo muy distintivo. Es clásico pero no demasiado barroco. El material y la forma tanto del packaging de los dos tipos de aceitunas (kalamata y manzanilla), así como el del aceite de oliva permiten quedar en la cocina y ser reutilizados para diferentes usos. Algunos compradores creativos transforman las latas de aceite en recipientes para contener los utensilios de cocina, para hacer lámparas de mesa, macetas, recipientes para pinceles en estudios de arte, o rellenos de arena como sujeta puertas o sujeta libros.
El universo Updater valora las marcas con historia y con recorrido, busca que ello se refleje en el packaging y estudia tanto los procesos de producción de los productos como la historia y la lógica detrás de su presentación. Como amante de lo vintage recicla objetos que inspiran nostalgia y se acompaña de ellos para decorar su hogar. Entender estas costumbres y motivaciones y realizar un packaging evocador, como ocurre con los productos Prince Albert, facilita la adhesión del público a la marca y la fidelización de este universo.