Un lugar escondido, rodeado de plantas, de capazos de jardinería, con ventanales de invernadero y humildes mesas y sillas donde acomodarse rodeado de una verdadera jungla de verde y flores. Es una forma de llegar al origen de la vida y de la naturaleza en medio de una megalópolis dominada por el hormigón y los millones de humanos que la pueblan.
Aoyama Flower Market es el interesante proyecto promovido por Park Corporation, la empresa promotora de proyectos de floristerías, escuelas florales y cafés dedicada a la planificación, el diseño de interiores y la construcción especializada en el uso intensivo de plantas. Con 100 establecimientos repartidos por todo Japón, uno abierto en París en 2015 y otro que abrirá en Londres este año, Aoyama Flower Market destaca por su exuberante belleza vegetal. La entrada a la floristería te introduce en su trastienda, un restaurante en el que las plantas se extienden con naturalidad, de una forma fresca y desenfadada. Se genera un entorno en el que el tiempo y el espacio parecen pararse gracias a la creación de un ambiente natural, completamente distinto de lo que hay en la calle. La luz tenue y el uso de materiales en bruto como los ladrillos vistos, la madera con imperfecciones, la goma negra vasta de los serones para las herramientas de jardinería y las plantas que cuelgan del techo crean una atmósfera entre casera e irreal. El local de Minami Aoyama, muy cerca de las oficinas centrales de la empresa, es de los llamados Tea House del Aoyama Flower Market. Curiosamente prácticamente el cien por cien de su público es femenino y parece ser un lugar de encuentro especial para las mujeres tokyotas. El menú que se ofrece tiene un toque occidental y se basa en ingredientes vegetales sanos con presencia de superalimentos. Se trata de un formato muy particular, desarrollado en base a un elemento como son las flores, que son las que dan sentido al negocio dotándolo de un concepto evocador.
El incremento de población viviendo en núcleos urbanos y grandes ciudades, unido a la separación voluntaria o forzada de las personas respecto a la naturaleza, han promovido una tendencia global de reconexión con el origen que se refleja en multitud de aspectos de la vida cotidiana como son los momentos de ocio basados en la conciencia plena, la meditación, el uso de ingredientes naturales en las fórmulas de productos de consumo cotidiano, el desarrollo de rincones “urban jungle” en los apartamentos de ciudad etc. El deseo de libertad y de conexión con nosotros mismos que se vive en lugares como el Tea House de Aoyama Flower Market demuestran que hay mucho recorrido alrededor de nuestra búsqueda interior y nuestro deseo de reconectar con el origen.