Estamos perdiendo las comidas tradicionales de cuchara, y no hay razón para ello. En un mundo donde la comida es cada vez más de bocado, individual y en formatos para llevar aunque sean hechas en casa, Delhaize viene para hacernos coger la cuchara de nuevo y darle un gusto a las madres y abuelas que dudan de los buenos hábitos de hijos y nietos.
En 2012, esta compañía se unió al estudio Lavernia&Cienfuegos para crear una gama de sopas donde la máxima era dejar bien claro de qué estaba hecha. Así que encargaron a los diseñadores que crearan algo divertido donde el producto fuera central en la imagen del packaging. Finalmente se materializó en unos recipientes para las sopas en los que podemos observar el brazo de un camarero muy distinguido que sostiene un plato con el producto principal sobredimensionado: un tomate, un champiñón, una cebolla…
La gama de productos está compuesta de sopas de: zanahorias, coliflor, repollo, perifollo, champiñones, chicón, crema de tomates y calabaza. Todos son productos vegetales que inciden en cuidarse. La materia prima es el principal actor en estos productos y, por un precio razonable, podremos disfrutar de una nutritiva sopa en casa y sin ensuciar una olla.
Los Millenials Flat buscan un producto que, a primera vista, les dé toda la información que necesitan, que hable claro y directo. Delhaize ha conseguido dirigirse así gracias al diseño de Lavernia&Cienfuegos. Además, estos millenials miran su bolsillo casi tanto como su móvil, por lo que el módico precio de este producto (2,99€/unidad) hace que sea una opción más que plausible a la hora de hacer la compra. Por otra parte, el tiempo es oro para este tipo de usuarios por lo que, ya sea en casa o la oficina, el consumidor puede calentar en microondas o cacerola su sopa y comer en menos de 10 minutos.
El Millenial Flat ha tomado conciencia de la importancia de cuidar su cuerpo, incluso cuando no hay tiempo. Más sopas y menos comida rápida. Sopa sana in corpore sano.