El humor y la frescura son argumentos utilizados en el sector hotelero con el objetivo de relajar la experiencia y diferenciarse de negocios basados en la estandarización y la distancia en el protocolo.
El hotel B3 Virrey, en Bogotá, desde fuera es todo un vergel. Su fachada de jardín vertical recoge 34 especies de plantas y un total de 25.000 unidades repartidas en un espacio de 746 metros cuadrados que viven gracias a un sistema de riego que aprovecha el agua de la lluvia. El proyecto ha sido realizado por Diseño Integral, Groncol y la empresa española Paisajismo Urbano y habla de buen diseño, buen valor y buena conciencia. Su espíritu es cool y se nota en muchos detalles. En los mensajes de sus complementos de cuidado personal: “pa’aquí y pa’allá”, “huelo rico” o “mmm deli-cioso”; o en su programación diaria de DJ en el resto-bar El Tres. La decoración de los espacios comunes tiene un toque industrial: techos altos, hormigón, metal, ladrillo visto y algo de madera, las salas del bar están decoradas como un loft neoyorkino y con intención de convertirse en un espacio hogareño moderno. El menú del restaurante es informal y relajado. En el hotel hay un luminoso que declara “En esta casa tú mandas. Casi siempre”.
El universo de los Millennials Flat valora la originalidad y el humor. Para él estas son cualidades importantes tanto para aplicarlas a las personas como a los productos o los servicios. En ellos está despierta una inquietud social y medioambiental que hace que vigilen a las marcas y premien a aquellas que aportan algo más a su comunidad. Negocios como el hotel B3 Virrey conectan con ellos porque se alinean con su forma de pensar y su forma de vida creando un vínculo especial entre usuario y marca.