La fórmula de réplica a la que estamos acostumbrados a causa de la presencia intensa de las grandes cadenas de fast fashion en el mundo, no sirve para las marcas que se proponen como alternativa.
La marca de moda japonesa Backlash de Isamu Katayama confió en 2013 en el diseñador de interiores Ito Masaru para una de sus tiendas en Tokio. Un diseñador que se define como sensible, erótico e inteligente.
Para este trabajo, el diseñador Ito Masaru orientó su diseño al estilo industrial. El exterior, con el cemento al descubierto nos da la sensación hermética de una instalación militar y misteriosa. Por dentro, la primera planta está diseñada en colores blancos y plateados, dando una estética aséptica, impoluta y minimalista, casi como un hospital o un laboratorio de pruebas. Sin embargo, una escalera de caracol lleva a un sótano donde el estilo industrial más clásico es el imperativo. Los tonos grises y metalizados-oxidados adentran al usuario en un búnker donde los muebles de madera e hierro se funden con el producto, camuflado en el entorno. La iluminación, aunque tenue, está orientada a los puntos que realmente importan.
Teniendo la estética de cualquier cosa menos de una tienda de ropa, Ito Masaru proporciona un modelo diferente, planteando una tienda camuflada en arte industrial.
El producto es un elemento más dentro del diseño que plantea Ito Masaru, pero no el único. El universo Experimental encuentra en estos lugares un estilo que rompe modelos tradicionales, que les invita a criticar y opinar sobre él. Este grupo huye de los estándar, demasiado extendido para sus mentes críticas, por lo que plantear el espacio de una forma alternativa, sin una estructura de almacén de producto bien expuesto para vender, es un guiño hacia ellos.