La frontera difusa entre el interior y el exterior de los espacios muy propia del hábitat japonés está contagiando desde hace años la disposición del mobiliario y la naturaleza de los espacios intermedios en los entornos de todo el mundo. Las conocidas clasificaciones: mobiliario de exterior, de interior, de hogar, de oficina, para espacios comerciales etc. deja de tener sentido en el momento en que profesionales creativos del interiorismo encuentran soluciones para un espacio entre la oferta pensada para otros.
El renacer que está teniendo el mobiliario de exterior desde hace años sigue vibrante en un momento en el que se valora más que nunca el aire libre, la luz natural, los rayos del sol y el cielo abierto. El diseñador japonés Naoto Fukasawa ha diseñado la lámpara Half Dome para Kettal. Se trata de una luminaria tanto para interior como para exterior que, suspendida en una estructura de aluminio con base plana o monolítica, está disponible en 34 colores. Half Dome toma el nombre de la gran montaña de Yosemite, el macizo granítico ubicado en el extremo oriental del valle de este parque nacional de California. Se inspira en las variaciones ilimitadas de vistas que tiene esta montaña según la luz de cada estación y de cada cielo, y en las diferentes vistas que se tienen de ese monolito de granito a lo largo del año, o incluso de cada hora del día. La dimensión de Half Dome sigue la imagen que se tiene de la luz de la luna tal y como es imaginada. Esta luz exterior, suspendida sobre la estructura, parece ser dicha luz de luna. Half Dome nunca es la misma, ni la luz que emana de ella, ni el estado de ánimo que genera. Está diseñada como una cúpula del cielo que cubre y baña con su luz como la luna y las estrellas de noche. Es una estructura limpia, estable y equilibrada, enraizada y elevada, íntima y recogida, que proyecta su luz controladamente cerrando una experiencia completa de cercanía a la perfección. Es en este tipo de objetos en los que parece que el diseñador ha entrado en comunión con el producto y de ahí que resulte algo que podría haber salido del momento de iluminación de una meditación. El diseño con reflexión y sentido da lugar a encuentros que facilitan la entrada de nuevos objetos en la vida de las personas. Objetos que despiertan el deseo y conectan en segundos con el público para el que están hechos. En ese momento ocurre el milagro de enamorar sin palabras, algo que toda marca quiere y el pensamiento de diseño hace posible.
El universo Nuevo Minimalista huye de la confusión y de los objetos complejos. Sus espacios reflejan la esencia de su carácter y los configuran de forma que los elementos que permanecen tienen un significado emocional y una función justificada dentro de sus vidas. Quedarse con lo que realmente les hace felices eliminando lo accesorio e innecesario, rodearse de objetos con identidad con los que conectan de forma profunda. Reducir al mínimo lo innecesario dando protagonismo a lo que queda es algo que los caracteriza. Para ello el diseño cumple una función esencial, simplificar objetos complejos para conseguir la sencillez.