La gestión de la reputación ha contemplado desde tiempos antiguos el mecenazgo como una fuente eficaz de comunicación, al asociarse a causas y proyectos atractivos para un determinado público que quedará agradecido al mecenas.
Bulgari, ha anunciado en 2018 que donaría más de 800.000 euros a la financiación de una restauración en el Largo di Argentina, una zona arqueológica de Roma. Con una fecha de presentación del trabajo en enero de 2020, el proyecto se prevé que dure 10 meses.
Esta iniciativa de la marca de lujo sigue al patrocinio de 1,5 millones de euros para restaurar la Escaleras de la Plaza de España en Roma en 2016. La marca, que fue fundada dicha ciudad en 1884, ha tomado como una línea de comunicación el mecenazgo, asociándose a la idea de conservación del patrimonio y la búsqueda de referencias históricas como argumentos de marca con los que enriquecer su relato. El compromiso de la marca con la ciudad que la vió nacer es una herramienta poderosa, fortalece la conexión entre Bulgari y el patrimonio único de la ciudad. Además dota de sentido al diseño de sus piezas, inspiradas en la arquitectura clásica de la ciudad. La globalización ha suavizado las diferencias entre los productos de diferentes países de una manera extraordinaria. La búsqueda de identidades diferenciadas y productos que tengan una esencia verdadera y ligada a un intangible con el que identificarse es fundamental para las marcas contemporáneas. En la comunicación, absorber aquello que rodea físicamente al producto es una forma de fortalecer la propuesta de la marca. Puede ser un barrio, pensemos en la marca de moda Brooklyn Industries; un país como Italia para Dolce & Gabanna, o cualquier otro lugar con personalidad que ofrezca algo a qué agarrarse en un mundo cambiante.
El universo Updater mira al pasado con ojos del presente, es fan de la artesanía, de la tradición revisitada y para él se cumple la tendencia global de la Herencia Chic. La tradición puede ser un ancla en momentos en los que el ritmo de cambio es demasiado rápido. Esa búsqueda lleva al deseo de llegar a la esencia de las cosas, y a revalorizar lo auténtico. Auténtico pero también contemporáneo. La tradición se reinventa y eso es chic. Esto responde a tres necesidades básicas pero fundamentales, que van más allá de la disponibilidad de objetos materiales. Son el sentimiento de seguridad, la identidad y la honestidad. La comunicación basada en el amor por los lugares y por el pasado conectará de una manera muy natural con este universo de consumo.