¿Tener un amigo robot? ¿Salir de casa acompañado de una máquina? Si los vehículos no tripulados y los drones tienen la tecnología necesaria para dotar de independencia e inteligencia a un aparato que sigue una ruta y puede reaccionar a contratiempos, eso mismo se puede aplicar a un objeto más pequeño que un coche y más terráqueo que un dron.
La marca italiana conocida por su motocicleta Vespa, ha hecho una incursión en el mundo del transporte autónomo desarrollando un asistente personal robótico que lleva tus pertenencias. Su nombre es Gita (excursión corta en italiano) y es el primer producto lanzado por la rama de innovación de Piaggio “Piaggio Fast Forward”, dirigido por el arquitecto y diseñador americano Greg Lynn. Con forma de barril y cierto parecido a R2-D2, el Gita de dos ruedas puede seguir a su propietario e ir rodando detrás de él. Una tapa en su parte superior se gira para mostrar el cubo de almacén de carga. Con funcionamiento eléctrico, es capaz de funcionar autónomamente en un entorno mapeado, de modo que podría hacer entregas y recogidas de forma independiente. Con una capacidad de 18 kilogramos y una altura de 66 centímetros, Gita está diseñado para funcionar a una escala humana. Su velocidad pico es 35 kilómetros por hora, casi tan rápido como un sprint humano. Aunque su tecnología podría ser para uso industrial, el posicionamiento escogido, diseño y lógica es para convertirse en un facilitador de tareas y movilidad humana. Se habla de drones, se habla de impresoras 3D y coches sin conductor. Todo son aspectos que modificarán nuestra forma de vida, pero en ocasiones, para que de verdad tengan impacto y utilidad para las personas, han de adaptarse a las necesidades, la escala y naturaleza de las personas. Un objeto amable, divertido, sencillo, visualmente atractivo y útil tendrá mucha más capacidad para formar parte del mercado de máquinas para la gente.
El futurismo es una tendencia global que ha existido desde que Julio Verne imaginaba sus viajes al centro de la tierra o Leonardo Da Vinci dibujaba las máquinas para volar. La diferencia ahora es que la tecnología hace posible objetos que hace solo una década se planteaban como deseos inalcanzables o sueños. La velocidad a la que se está incorporando la inteligencia artificial y la tecnología a lo cotidiano es muy rápida y plantear soluciones que de verdad resuelvan problemas o incomodidades diarias son clave para que los desarrollos de nuevo producto tengan éxito.