Pedro Hernández ha conseguido hacer magia con una cocina inclusiva, una cocina para todos, independientemente de las sensibilidades alimentarias de cada uno. Asados, guisos y arroces, elaboraciones que recogen los ingredientes más cercanos, y una gran cantidad de superalimentos, para ofrecer una comida rica en muchos sentidos, que sabe y que coge lo mejor de muchas de las dietas de vanguardia. Dietas que Pedro ha estudiado, experimentado, pulido y refinado para llegar a un sistema propio en el que el 95% de sus platos está libre de gluten, lactosa o huevo. Y en porcentajes muy elevados también libre de los ingredientes más alérgenos de la cocina. El afinado de sus recetas ha dado lugar a una carta de sabores intensos, distintos, texturas y colores diferentes, visual, aromática, y organolépticamente hablando, un nivel superior. Sin duda una cocina contemporánea, probablemente una cocina del futuro, fresca, sostenible, casi siempre ecológica, local y de temporada. No es en vano que en 2017 obtuviese la primera certificación Kilómetro 0 de todo el archipiélago canario.
«Es acotar mis posibilidades de trabajo, pero garantizar que todas las personas puedan comer con tranquilidad»
Pedro Hernández Castillo es el Duende del Fuego, un restaurante ubicado en Los Llanos de Aridane, en la Isla de la Palma. Se formó en cocina en La Palma y en Barcelona, en la Escuela Universitaria de Hostelería de Sant Pol de Mar en 2003. Su experiencia la desarrolló en diferentes establecimientos de restauración durante un periodo de 16 años en varias ciudades de Europa (Suiza, Alemania e Inglaterra), así como en la península Ibérica y Andorra. En 2014 abre su propio negocio en Los Llanos de Aridane (La Palma): el restaurante El Duende del Fuego del que es cocinero y propietario, donde plantea un enfoque basado en cocina conceptual y en una alimentación saludable elaborada con producto de temporada, ecológico y de origen local, lo que favorece en mayor medida la vuelta al sabor primario, todo ello plasmado en una carta que contiene platos adaptados (en un 95% de su carta) para personas con intolerancias y alergias alimentarias. Destaca además en la elaboración artesana de diversos embutidos, repostería y panes de diversos tipos, especialmente el elaborado con trigo de La Palma, de la variedad “babilla” y trigo sarraceno para personas con celiaquía. En la actualidad, Pedro ofrece su singular cocina desde su restaurante en la Plaza Elías Santos Abreu (Plaza Chica) aridanense.
La filosofía de trabajo de Pedro empieza con la empatía, poniéndose en el lugar del que padece estas alergias e intolerancias, en segundo lugar respetar estrictamente las recetas tradicionales, y en tercer lugar aportar un producto de huerta y en la medida de lo posible ecológico. El resultado es una base de clientes en crecimiento y asiduos. Ha conseguido que todos se puedan sentar a la mesa en igualdad frente al plato.
Sobre sus embutidos dice:
«No acelero los procesos con ningún tipo de aditivo y los cuelgo el tiempo que necesitan, no menos de tres meses»
Único restaurante de España finalista en La Ruta del Buen Pan en 2022
Un pan propio y un buen aceite es lo primero que llega a la mesa de El Duende del Fuego. Para la masa Pedro utiliza harina de trigo de la variedad babilla, cultivada en La Palma. Este trigo se muele en un molino palmero de piedra con más de 150 años de antigüedad. Entre sus secretos está una masa madre exclusiva y fermentaciones largas. El restaurante de Pedro Hernández fue el único restaurante que entró en una exigente selección de elaboradores de pan, en su mayoría obradores, la mencionada “Ruta…”. Su pan ha sido finalista en el premio “Miga de Oro” de la Comunidad de Canarias en 2022.
Restaurante recomendado en la Guía Repsol 2022
El Duende del Fuego ha sido incluido de nuevo en la Guía Repsol de 2022. En ella se señala a Pedro Hernández Castillo como un baluarte de la cocina palmera, y uno de los consolidados abanderados de la cocina concebida para atender las necesidades de las personas con intolerancias. Destacan también un uso magistral del producto de cercanía, apoyado en el aprovisionamiento y el trabajo codo a codo con los agricultores de fincas muy cercanas de las que él personalmente selecciona producto a producto lo que luego ofrece a sus comensales. El encanto de la casona antigua y el enclave del centro histórico multiplica a la enésima la experiencia gastronómica. Arroz de montaña, manitas, etc., y otras especialidades propias desde que abrió en 2014. Califican a su bodega como muy completa y una de las mejores de la isla, con referencias exclusivas de la Isla Bonita. Y señalar que conviene reservar un poco para los postres, ya que cuenta con deliciosos mousses, sorbetes, helados y licores.