Mar Blanco

Talentos

Mar Blanco

Sus ilustraciones transmiten una tranquilidad enigmática. Así definen el trabajo de Mar Blanco. Para ella no puede haber una separación entre su yo más profundo y lo que expresa a través de la creatividad. Le gusta verse reflejada en esa definición. Su imaginario resulta onírico, a veces alegre y dulce, más apoyado en los colores típicos de la infancia. Otras veces lleno de conceptos más incómodos como la soledad, el fracaso o la muerte. En sus pinturas la figura suele aparecer en movimiento, siempre reflejando algo que acaba de suceder o está sucediendo en ese instante en el que la imagen se congela. Decía Drexler: «Si quieres que algo se  muera, déjalo quieto».

Habitualmente trabaja con acuarelas y goauche pero, a veces, también utiliza el óleo, el carboncillo o el iPad. «Necesito estar en constante proceso de investigación, va con mi forma de ser. Por eso en mi trayectoria puedes encontrar desde libros infantiles hasta poemarios eróticos ilustrados».

«Mis mayores influencias vienen de Japón: Haruki Murakami y sus personajes enigmáticos que parecen flotar en el espacio, y Jimmy Liao, al que admiro desde antes de que sus libros llegaran a España»

Mar Blanco
Mar Blanco
Mar Blanco

Nació en Elche, Alicante, porque su pueblo no tenía hospital. A esta pequeña ciudad pertenecen su primer día de vida y sus dos años de bachillerato artístico, dieciséis años después. Se crió en un pueblo pesquero llamado Santa Pola. Hija de madre madrileña y padre brasileño que siempre vieron en ella a una niña especial, «llámalo rara si quieres». Mucho amor por el arte de todo tipo y «culo inquieto». Con 12 años, su padre presentó a un concurso de RNE uno de sus cuentos y escucharlo desde la tienda de muebles de sus padres por la radio porque había ganado el primer premio, fue uno de los momentos más emocionantes de su vida.
Con 18 años se muda a Granada para estudiar Bellas Artes pero al año siguiente se traslada a Valencia porque parecía tener una facultad más acorde a los tiempos que corrían. Justo antes de terminar la licenciatura, se incendió el piso en el que vivía. «Este fue el primer momento en el que fui consciente de que la vida está llena de señales visibles (si las quieres ver)». Un mes después terminaba con su pareja y cerraba así un ciclo. Lo que más influye en su trabajo son las historias que le pasan.

«Poder vivir de ilustrar sería el mayor reconocimiento a mi trabajo»
Ahora vive en Madrid. Estudió Dirección Artística y ha desempeñado trabajos de diseño e ilustración para numerosos y muy distintos proyectos. Marcó un antes y un después en su trayectora el día que el cantautor Ismael Serrano le llamó por teléfono para encargarle la ilustración de un álbum especial en su carrera, tipo libro ilustrado.

Rotos y descosidos
Rotos y descosidos

 


Proyectos destacados

La niña que hablaba con los árboles

Fue el primer libro en el que le dejaron hacer y pintar como quería, sin apenas directrices ni restricciones, con la excepción de algún cambio, como el de la portada, para la que había ideado a una niña arrodillada susurrando a la corteza de un árbol. El libro lo ilustró estando en Valencia, una escapada de unos meses fuera de Madrid, en los que formó parte de un estudio compartido entre varios artistas en el barrio de Ruzafa. Allí pasaba las mañanas del verano creando a La niña.

La niña que hablaba con los árboles
La niña que hablaba con los árboles
La niña que hablaba con los árboles

Dorothy

Dorothy, una niña diferente (publicado por Cuento de luz y escrito por Roberto Aliaga) es especial en su carrera porque fue la primera vez que un escritor y una editorial confiaron en ella para darle este trabajo. Tenía 23 años, acababa de terminar de estudiar y trabajaba en «una agencia de publicidad que apestaba». Por las noches se iba al piso compartido en el que vivía cerca de la plaza Mayor y se ponía a pintar. De esas noches salió este cuento y ese esfuerzo le acabó abriendo muchas puertas después, «fue como haber creado un escaparate con lo que podía hacer».

Dorothy
Dorothy
Dorothy

«Mi meta siempre es terminar, ojalá algún día aprenda a que sea disfrutar del proceso aunque no llegue a concluir en nada»

Rotos y descosidos / Cultivando valores

En sus últimos trabajos, Mar Blanco aplica un proceso de investigación con el goauche, la acuarela y los lápices del «que salieron resultados muy interesantes». La cubierta del poemario de Saray Alonso para MueveTuLengua y las portadas para las revistas del proyecto de una coach, son ejemplos de estos procesos. Pertenecen al último tramo de su recorrido y son la base de lo que ahora continúa investigando en piezas como la del soñador cayendo.

Soñador cayendo
Soñador cayendo

 

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